Obedecer al mundo pro y para etarra. No es una casualidad que la nueva RTVE haya entrevistado por primera vez a un miembro de Bildu (la actual Batasuna), donde ya se habla de presos políticos o que se trate de inundar de millones las arcas del PNV (último pecado por cierto del malvado Mariano). Y los acercamientos de asesinos a Vascongadas son sólo una maniobra de distracción para que nadie repare en que se va a aprobar una Ley para señalar a la Guardia Civil como torturadora poniéndola a la altura de la mafia abertzale que mató y amenazó a diestro y siniestro durante décadas.
Obedecer a las mafias de la inmigración ilegal. En los primeros días de su mandato, Sánchez se reunió en privado con el millonario George Soros, padrino y financiador de las ONGs que recogen personas en las orillas de las costas africanas, a pocas millas de donde son abandonadas por las mafias en una perfecta coordinación. A los pocos días, se recibía con bombo y platillo un barco cargado de víctimas de este tráfico macabro produciendo un efecto llamada que está provocando una avalancha de entradas ilegales en nuestro país. Sánchez participa de ese espíritu mundialista que promueve la entrada de millones de esclavos, de origen musulmán preferentente, en Europa mientras se promueve el invierno demográfico de la población autóctona. No existe en esto un cambio de política pero sí un avivamiento de la torpeza institucional. Esta irresponsabilidad se convertirá en breve en un grave conflicto social en nuestras calles.
Obedecer al golpismo separatista. Para Sánchez la Nación Española es una nación de naciones lo cual no sólo indica su desconocimiento absoluto del concepto sino sobre todo que, sea lo que sea, esa nación le molesta a la hora de trapichear con los caciques con los que tan bien parece entenderse.
Cuando fue defenestrado de la presidencia del PSOE, Pedro recibió muestras de apoyo e incluso de rebeldía por parte de distinguidos miembros del PSC, como Meritxell Batet. Más tarde, los miembros de esta federación le dieron masivamente su voto en las primarias en las que recuperó su cargo.
De todos es sabido que el PSC ha sido dirigido por una élite burguesa catalanista que, nutriéndose del voto obrero del cinturón rojo, ha colaborado en la implantación del modelo totalitario pujolista. A la jet set del PSC el modelo de inmersión lingüística le parece un éxito. Y fue la guardia pretoriana de Miquel Iceta la que presionó a Sánchez para que negociara un Artículo 155 blandito y breve, respetando por supuesto TV3 que no es ni más ni menos que el corazón y las arterias del Golpe de Estado.
Cuando votas al PSC, amigo socialista que te sientes tan español como si fueras de Albacete, estás entregando tu voto a un proyecto rupturista de guante blanco, sibilino y tortuoso, pero tan antiespañol como la CUP o ERC.
Por eso hoy tenemos de ministra a Meritxell Batet, una tía que dice que Cataluña es una nación, cosa que va en contra de la única nación que existe, que es España. Batet es la ministra con la que mejor se entienden los golpistas porque si fuera por ella mañana mismo se convocaría el referéndum que, si no les saliera bien, se repetiría las veces que fuera necesario hasta que nuestro país quedara roto para siempre (entonces sí que no habría más referéndums).
Sánchez no sabe nada de Cataluña y por eso habla de que aquí hay un problema político (refiriéndose a la cadena de delitos que fueron cometidos por los caciques catalanes entre septiembre y noviembre de 2017). Naturalmente ignora que el problema político está en Madrid donde llevan años identificando Cataluña con el nacionalismo y pactando sus chanchullos y corruptelas con la cleptocracia pujolista sin la cual son incapaces de entender su existencia.
Como nuestro Presidente tiene esa chulería que da la altura física y la relativa juventud más la prepotencia que da la ignorancia, piensa que él puede solucionar a base de diálogo lo que no es más que una rebelión de una clase dirigente regional que tiene por objeto destruir el Estado cuyo Gobierno él preside. Como si esa vía no la hubieran ya explorado y explotado los necios que vinieron antes que él. Entérese señor Sánchez Castejón: los separatistas sólo quieren la secesión; y mientras dialogan ya están preparando la próxima jugada de una partida en la que van ganando por incomparecencia de la autoridad competente, que por desgracia ahora mismo es usted.
Nuestro país se haya en un grave trance. Todos aquellos que desean su destrucción han encontrado a su tonto útil, un individuo capaz de cualquier cosa por disfrutar durante unos días de los privilegios del poder. Pero Pedro no manda, es un mandao y obedece sin rechistar a sus amos: Echenique, Otegui, Puigdemont, el racista Torra, Soros, Pablo Iglesias de Galapagar, el lehendakari, Manuela Carmena, el Kichi… en fin , menuda tropa.
No podemos escudarnos detrás de unas siglas para justificar el patetismo de este personaje que tanto daño está haciendo y tanto daño puede hacer todavía. Los partidos políticos son medios para cumplir un programa y han de estar al servicio de los votantes y no al revés. Ser socialista no ha de significar entregar el voto de manera irreflexiva al mismo partido haga éste lo que haga. Es la hora de que se oiga la voz de los auténticos socialistas, es la hora de devolver a este individuo falso y presuntuoso a la nada oscura de la que surgió.
Juan Armuñés.
Tabarnia, Agosto 2018