En el mismo día en que la ANC ha renunciado a montar un sabotaje contra la visita del Rey Felipe, el Duce Torra ha anunciado que renuncia a continuar adelante con la República si se celebra un Referéndum pactado con el Estado.
Esta vuelta de tuerca supone un enorme riesgo para el loco de la Plaza de San Jaime ya que se expone a irritar a sus brigadas callejeras de la CUP y los CDR que le exigen seguir adelante con el golpe hasta el final.
Por tanto, debe de estar muy seguro de que ese Referéndum está al alcance de la mano. Que constitucionalmente sea inviable hoy por hoy no ha de ser un problema dado que en el otro lado de la mesa de negociación se sienta gente que desprecia absolutamente a la nación española. Es muy probable que en las tenidas de Meritxell Batet con el investigado Pere Aragones se esté barajando algún tipo de componenda tal como una consulta no vinculante, una pregunta a la ciudadanía.... en fin, darles lo que quieren sin que lo parezca.
Evidentemente, lo pueden llamar como quieran. Si esa consulta tuviera lugar, la imagen que el separatismo daría a nivel internacional es la de que el Estado español ha accedido por fin a sus democráticas demandas y los catalanes van a decidir por fin sobre la secesión de una parte del territorio nacional. Pedro tendría asegurado el sillón por cuarenta años más; eso sí, en un país inexistente en la práctica.