Muchos celebran la actitud del Gobierno: primero diálogo, luego proporcionalidad y finalmente, cuando la rebelión ya estaba en la calle, despliegue policial y advertencias a los agitadores. Puede que el referéndum no se celebre o que si lo hace quede en pequeñas reuniones asamblearias de barrio comunicadas por telefonía y fin de fiesta en el horario de máxima audiencia de Tv3.
Sin embargo hay que pensar en las consecuencias a largo y medio plazo de esta manera de actuar. Al dejar la iniciativa en todo momento en manos de los sediciosos, el asunto, que en principio era un conflicto entre políticos, ha saltado a la calle y se ha ido propagando como una mancha de aceite. Al conservar su carácter de autoridades públicas, una sensación de impunidad ha reforzado a los golpistas que se han dedicado a fanatizar a las masas. Por otra parte, los medios de comunicación tanto públicos (TV3) como privados (Conde de Godó), se han convertido en cajas de resonancia de las órdenes dictadas por la directiva golpista.
Así, lo que era un delito cometido por un Gobierno regional desprestigiado y aislado, se ha ido desparramando y ahora hay toda una red de alcaldes, periodistas, directores de escuela, capellanes,funcionarios… sobre los que no queda más remedio que actuar.
Por último, al permitir durante años la existencia de las embajadas catalanas, hemos visto como la prensa europea ha comprado en parte el relato secesionista resucitando el secular desprecio a nuestro país envuelto en una inmensa capa de ignorancia y leyenda negra que ha sido cultivada pacientemente durante todos estos años.
El error de Rajoy ha sido no suspender la autonomía desde el momento mismo en que el Parlamento catalán se sublevó contra la legalidad y haber tomado las riendas del problema en vez de ir siempre por detrás potenciando así el victimismo y la propaganda nacionalista. Por no querer utilizar la fuerza del legítima del Estado de una vez, ahora se va a tener que hacer de manera dispersa y prolongada y contra un grupo enorme de personas. Por evitar una imagen desagradable en el Telediario, ahora vamos a vivir una jornada dramática de lucha colegio a colegio retransmitida por nuestros enemigos al resto del mundo.
El Presidente decía que lo tenía todo controlado, que tenía un plan. Pero los hechos están demostrando que el único plan era esperar, como siempre, que las cosas se resolviesen solas. Y ahora estamos al borde del abismo.